El día amaneció un tanto incierto en cuanto a climatología se refiere ya se vio en los ropajes del personal, unos de largo, otros de corto, otros de largo arriba y corto abajo, en fin de todo un poco.
Sin tener claro el destino y con la incertidumbre de cómo estaría el firme tras las lluvias de los últimos días, comenzamos a dar pedales hacia la Bardena.
Ah! los puntos del arbolico me los cogí yo, je, je, je
Se comentó el nombre de Carcastillo como lugar para saciar el vacío de nuestros estómagos, pero el caso es que después de un ratico por el plano a un rítmico cómodo y llevadero pero sin ir de pachanga tampoco, se cambió por Santacara.
Esta elección no fue compartida del todo por todos los integrantes del pelotón y se vio claramente cuando en un cruce estratégico uno de nosotros sacó una de sus famosas estrellas ninyas y desapareció tras una cortina de humo.
Un poco antes de bajar el Plano, Miguel y yo comentamos de bajar por la cuestica que ataja, pero a Alverto y a Alvarecez parece que no les apetecía y se fueron por donde siempre. Fue una elección equivocada, ya os imagináis que pasó, no?, pues eso los pocos metros de ventaja que sacamos por bajar por el atajo, fueron aumentando sin que nada pudiesen hacer para recortarlos………..
Una vez en Santacara nos dirigimos al “pipero”, pero nos vimos con la persiana baja puesto que eran fiestas y se les había hecho tarde. Así que cambiamos de cocina y fuimos a la sociedad donde nos atendieron como nos lo merecemos, muy bien
Mientras la espera al premio por la andanza de la primera mitad de la mañana quisimos interesarnos por el estado del desaparecido ninya que entre una respiración sofocada y el viento dejó entrever que la mitad de lo que decía no era cierta y la otra mitad era mentira………
El caso es que ya era la hora de marchar y varios camino y opciones se pusieron encima de la mesa, se descartó la vuelta por Caparroso y las viñas por la complicada zona de barro que hay que atravesar y también se rechazó la vuelta por el Yudo, por otros motivos que no vienen a cuento.
Por lo tanto la ruta de vuelta elegida fue la más corta y rápida (Traibuenas-Caparroso por carretera) para llegar a buena hora al pueblo y así dar una buena limpieza a nuestras máquinas puesto que a la suciedad típica que las acompaña (a alguno más que a otros, hay que decir) se le pegó un buen montón de barro bardenero de los últimos metros del plano
Hasta Traibuenas el amigo Miguel hizo de ariete a un buen ritmo protegiéndonos de moderado viento que había a esas horas
Una vez en Caparroso y ya saliendo del pueblo, Álvarez lanzó un fuerte ataque en la zona de las rampas con mayor pendiente y fue seguido por todos con el consiguiente esfuerzo. En la parte más llevadera yo lo intenté sin éxito puesto que las lapas hicieron honor a su nombre y se me pegaron a mi rueda hasta llegar a la carretera nacional. Es aquí, en el primer repecho (el más pico) donde mantuve un ritmo de subida que me sirvió para despegarme unos pocos metros que fui manteniendo e incluso aumentando en algún momento hasta llegar al lavadero.
Ya en los jubis y con las bicis relucientes nos encontramos con tres insensatos ciclistas que se les había ocurrido ir a Tulebras, pero no os disteis cuenta que hacía cierzo???? En fin pa que pa que, ¿Cuándo vais a aprender……..?
También estaba un sofocado ninya contando las experiencias místicas y religiosas que había tenido en el Monasterio de la Oliva donde se había repuesto del esfuerzo del plano con unas pastas de vino y canela elaboradas por los cistercienses (no se sabe si las compró o de que forma las adquirió……….) y de las que había tenido en la Ermita del Yugo que por cierto últimamente no la tendrá muy contenta porque aunque la visita muy a menudo, algo le ha tenido que hacer porque no le protege muy bien que digamos durante la subida…………..
Nos vemos